El ambiente y nuestros hábitos pueden afectar gravemente la salud visual, a menudo pasando desapercibidos. La contaminación ambiental, con partículas de polvo, gases tóxicos y otros contaminantes en el aire, puede provocar irritación, enrojecimiento, sequedad ocular y picazón, lo que, si no se atiende, puede derivar en infecciones y daños progresivos a la córnea.

Los especialistas advierten que frotarse los ojos con frecuencia o fuerza agrava el problema, pudiendo lesionar la retina y afectar la estructura del globo ocular, además de introducir bacterias o virus si las manos están sucias. Para cuidar la salud visual, se recomienda evitar la exposición prolongada a ambientes contaminados, usar lentes de protección y, en caso de molestias constantes, acudir a un especialista para prevenir daños mayores y mantener una visión saludable.