Un pasajero de 35 años falleció durante un viaje en crucero, después de que, según la demanda de su familia, le sirvieran más de 30 bebidas. Los documentos indican que, al intentar regresar a su cabina, comenzó a desorientarse y alterarse, lo que llevó a la tripulación a intervenir para controlarlo y aplicarle un sedante.
La familia sostiene que la combinación del alcohol y la forma en que fue contenido habría provocado una falla respiratoria, alegando negligencia tanto en el servicio de bebidas como en el manejo de la situación.