Adela Belarde Pérez, la joven juarense que inspiró la figura de la Adelita, nació en 1900 en una familia acomodada con gran influencia política. Desde muy joven se formó como enfermera y se unió a la Revolución Mexicana para atender a los heridos, participando con la Cruz Blanca.

Aunque el famoso corrido la idealiza como una mujer enamorada, su vida real refleja convicción política y compromiso genuino. Tras la revolución, su historia fue casi borrada, con pocos registros posteriores. Vivió sus últimos años en Texas, donde murió en 1971. Historiadores y colectivos se esfuerzan por rescatar su memoria.