Paty, una maestra en Ciudad Juárez, ha comprobado que tejer puede ser una forma de sanar el alma, enseñando a mujeres como terapia para el bienestar emocional. En un salón lleno de colores e hilos, Paty, con su vocación de psicopedagoga, ha creado un espacio donde el tejido va más allá de lo artesanal, ofreciendo paz, convivencia y autoexpresión.

Además de sus clases, Paty dona muchas de sus creaciones a personas necesitadas, utilizando su talento de manera altruista. También colabora con la organización Guardiana, tejiendo cobijitas para niños víctimas de abuso sexual, demostrando que tejer puede transformar vidas y unir a la comunidad con hilos de esperanza.