Una mujer se sometió a un controvertido ritual de belleza al permitir que miles de abejas la picaran. Ella afirmó que el veneno de abeja ayuda a desinflamar y estimular el colágeno, convencida de sus beneficios cosméticos.
Sin embargo, especialistas advirtieron que este método es altamente peligroso debido a posibles reacciones alérgicas graves. El caso reabrió el debate sobre la apiterapia, una práctica alternativa con escaso respaldo científico y un alto nivel de riesgo.








