Los campeones no solo entrenan su cuerpo, sino también su mente. La fortaleza mental se ha convertido en un componente esencial del éxito deportivo, permitiendo a los atletas mantener la concentración y superar la presión en los momentos decisivos. Michael Phelps, por ejemplo, visualiza cada detalle de sus carreras antes de dormir, mientras que Novak Djokovic dedica parte de su rutina diaria a ejercicios de respiración y atención plena.
Serena Williams, por su parte, repite afirmaciones positivas antes de cada partido, reforzando su autoconfianza y enfoque. Estos hábitos demuestran que la diferencia entre un buen atleta y una leyenda está en la preparación mental. La calma, la disciplina y la claridad emocional son las verdaderas claves para alcanzar la grandeza.








