Aunque muchos los consumen como un simple acompañante de comidas o un gusto ocasional, los refrescos provocan cambios fisiológicos inmediatos que pocas personas conocen. Cada hora después de beberlos, tu organismo experimenta transformaciones que pueden afectar desde los niveles de azúcar en la sangre hasta la salud dental y cardiovascular.
¿Qué ocurre en la primera hora después de beber un refresco?
Al beber un vaso de refresco, el azúcar presente genera un aumento rápido de glucosa en la sangre. Esto provoca un pico de insulina que puede estimular la liberación de dopamina, la hormona del placer, generando sensación de bienestar momentáneo. Sin embargo, también comienza la erosión del esmalte dental debido a los ácidos y azúcares presentes en la bebida, un proceso que aumenta con la frecuencia de consumo.
¿Cómo afecta el consumo de refrescos al cuerpo a largo plazo?
El consumo constante de refrescos puede contribuir al aumento de peso, resistencia a la insulina y riesgo de diabetes tipo 2. Además, las bebidas carbonatadas y azucaradas pueden incrementar la probabilidad de enfermedades cardiovasculares y afectar la microbiota intestinal, generando problemas digestivos. Los efectos en huesos y articulaciones también son significativos: la presencia de fosfatos en algunas marcas puede debilitar la densidad ósea si no se combina con una dieta equilibrada rica en calcio.
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Noticias Jalisco del 12 de septiembre 2025