Cruzar la frontera hacia Estados Unidos de manera ilegal puede tener consecuencias severas debido a las estrictas leyes migratorias del país. Especialistas en materia legal explican que, en una primera ocasión, el ingreso sin autorización se considera un delito menor, sancionado con multas que van de 250 a 2500 dólares, dependiendo del caso y la decisión del tribunal.
No obstante, reincidir o reingresar al país tras haber sido deportado se clasifica como un delito grave, conocido como felonía, que puede derivar en penas de prisión y multas más altas. Las autoridades migratorias advierten que este tipo de acciones no solo conllevan repercusiones legales inmediatas, sino que también dificultan cualquier intento futuro de regularizar la estancia o solicitar residencia en Estados Unidos.








