Parece que al gobierno no le agradaron las exigencias ciudadanas que resonaron en todo el país y nuevamente los habitantes de la capital tuvieron que enfrentar a una autoridad que en lugar de escuchar a quienes se manifestaron decidió recurrir a las fuerzas de seguridad para intentar silenciar un reclamo que se vuelve cada vez más frecuente.
Con total indiferencia, así reaccionó la presidenta de México ante las exigencias que este fin de semana escuchamos millones de personas dentro del país y en diversas partes del mundo. En lugar de reconocer a quienes decidieron alzar la voz, la mandataria optó por descalificar un movimiento que lejos de lo que afirma es auténtico.
Los tiempos de penumbra parecen volver al México actual y es que igual que hace medio siglo, la figura presidencial vuelve a proyectarse como una autoridad represiva similar a la que encarnó Díaz Ordaz, en cuyos días no había espacio para las demandas ciudadanas ni mucho menos para la libertad de expresión.
Casos como el de la familia Pacheco y menores en silla de ruedas evidencian el uso de fuerza contra menores en distintos estados, bajo una política de “tolerancia cero”.
Las 18 personas imputadas por tentativa de homicidio y otros delitos aseguran haber sido golpeadas al ser arrestadas y no haber participado en la movilización de la #GeneraciónZ.
Mientras la mayoría marchó en calma, pequeños grupos derribaron vallas, lanzaron objetos y detonaron gases, intentando desvirtuar la protesta con episodios de violencia.
Un tribunal de Ciudad Juárez encontró culpable a José Adrián Z. B. por el feminicidio agravado de Cinthia Lizette M. R., ocurrido en marzo de 2023. La sentencia será dictada la próxima semana
Educación confirmó que las clases se mantienen sin interrupciones en Ciudad Juárez