Una enorme tormenta de polvo envolvió una mina en el desierto de Tanami en Australia, sorprendiendo a los trabajadores mientras realizaban sus labores. En cuestión de minutos, un muro de arena redujo la visibilidad y obligó a los mineros a refugiarse en un taller.
El fenómeno llegó acompañado de lluvia y relámpagos, lo que elevó el riesgo y llevó a detener por completo las operaciones. Aunque no hubo heridos, las condiciones fueron extremas y dejaron el campamento bajo una densa capa de polvo.








