Un grupo de activistas liderados por Greta Thunberg tiñó de verde el Gran Canal de Venecia como acción de protesta para visibilizar la crisis climática. El colorante, que aseguraron no era tóxico, se dispersó rápidamente por el agua mientras los manifestantes permanecían en silencio para enfatizar el mensaje ambiental.
La protesta generó molestia entre las autoridades locales, que respondieron con una prohibición temporal de entrada a la ciudad y la imposición de multas a los participantes. Funcionarios explicaron que este tipo de actos afectan la imagen de Venecia y pueden representar riesgos dentro de su zona protegida.








