Dos tornados provocaron destrucción en el noroeste del área metropolitana de Houston, específicamente en el condado de Harris, Texas. La formación repentina de las tormentas dejó techos arrancados, árboles caídos, líneas eléctricas derribadas y daños estructurales en más de 100 viviendas, además de generar apagones generalizados.
Aunque no se reportaron heridos graves ni víctimas mortales, múltiples familias quedaron sin electricidad mientras las autoridades activaron operativos de emergencia para retirar escombros, evaluar daños y advertir sobre riesgos adicionales como cables energizados y zonas inestables.








