Nepal vivió este lunes una de las protestas más violentas de los últimos años, cuando cientos de jóvenes se levantaron contra la reciente prohibición de redes sociales impuesta por el gobierno. Los manifestantes no solo expresaron su descontento en las calles, sino que también atacaron y destruyeron símbolos del poder, incendiando edificios emblemáticos como el Parlamento y el Palacio Presidencial.
Aeropuertos cerrados y comercio detenido por revuelta contra redes sociales
Las agresiones se extendieron más allá de la infraestructura: algunos miembros de la clase política fueron atacados físicamente, y residencias particulares de autoridades también fueron objeto de incendios y saqueos. El impacto de la revuelta provocó la paralización casi total del país, con aeropuertos cerrados, transporte detenido y actividad comercial interrumpida, afectando la vida cotidiana de millones de nepalíes.
Las autoridades locales intentan controlar la situación con fuerzas de seguridad adicionales, mientras que organizaciones internacionales observan con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. Expertos advierten que las restricciones digitales sin diálogo con la población pueden escalar en violencia y desestabilizar aún más la región.