Almudena Lara, una joven de 23 años, abrió su propio negocio de uñas tras la pérdida de su padre, quien fue su mayor inspiración.
Con el apoyo de su familia y pareja, superó los desafíos del emprendimiento y las presiones sociales, enfocándose en el crecimiento de su negocio. Su historia es un ejemplo de perseverancia y fuerza femenina.








