Los drones se han convertido en herramientas importantes en México, desde el uso recreativo hasta la vigilancia por parte de las autoridades, pero su operación está regulada. La Agencia Federal de Aviación Civil establece normas que limitan su altura, el tipo de áreas donde pueden operar y la necesidad de registro para determinados modelos, con el fin de evitar accidentes y garantizar la seguridad y privacidad de los ciudadanos.

Las normativas permiten una altitud máxima de 122 metros sobre el nivel del suelo, que se reduce a 100 metros en zonas cercanas a aeródromos. Además, se prohíbe operar drones a una distancia horizontal superior a 457 metros del piloto. El incumplimiento de estas restricciones puede derivar en sanciones económicas significativas, con multas de hasta 30,000 pesos. Es obligatorio que cualquier persona que maneje un RPA o dron tenga su licencia para poder operarlo en el espacio aéreo mexicano.