Cuando Susan Lacey abrió la puerta de su casa en Blackwood, Nueva Jersey, no esperaba ver a una adolescente descalza y desorientada afirmando que era Freddie Mercury. Lo que al principio pareció una crisis mental se transformó rápidamente en una denuncia verosímil de abuso y cautiverio extremo.
La joven de 18 años, hija de sus vecinos, relató entre incoherencias y cicatrices que había estado encerrada durante un año en una jaula para perros, esposada a un baño, privada de alimentos, escuela y contacto humano. Su testimonio fue tan impactante como confuso. Sin embargo, las marcas en sus muñecas y su aspecto físico confirmaron algo más profundo: estaba diciendo la verdad.
¿Cómo sobrevivió la joven que fue encerrada en una jaula en Nueva Jersey?
Los fiscales del condado de Camden presentaron más de 30 cargos contra la madre, Brenda Spencer, y el padrastro, Branndon Mosley. Las acusaciones incluyen secuestro, asalto agravado, restricción criminal y agresión sexual. Él incluso confesó detalles sobre la jaula, las esposas y los castigos que imponía a la joven, como afeitarle la cabeza. Sobre las agresiones sexuales, dijo “no recordarlo”, aunque aceptó que era “posible”, ya que solía beber mucho.
La adolescente fue retirada de la escuela desde sexto grado y educada en casa, lo cual impidió que maestros o autoridades detectaran el abuso. En Nueva Jersey no existe un registro obligatorio para quienes educan en el hogar, lo que permite que niños desaparezcan del sistema sin que nadie lo supervise.
Durante años, la menor fue invisible: rara vez salía, solo aparecía para recoger paquetes y alimentar a los perros de su madre, quien se dedicaba a entrenarlos y exhibirlos como parte de su hobby. Irónicamente, mientras los animales vivían mejor cuidados y con una habitación propia, la adolescente hacía sus necesidades en un balde, recibía comida en cubetas y era agredida sexualmente a cambio de alimento.
¿Cómo escapó la joven que fue encerrada en una jaula en Nueva Jersey?
La noche del 8 de mayo, la joven se rehusó a limpiar los excrementos de los perros. Su padrastro la amenazó con “romperle la pierna”, mientras su madre le dijo fríamente: “Adiós, perra”. Fue entonces cuando huyó hacia la casa de la señora Lacey, quien le calentó comida, le ofreció refugio y más tarde contactó a la policía.
Aunque inicialmente la joven no denunció el abuso —solo dijo haber peleado con sus padres—, al día siguiente relató todo en el hospital. Su testimonio motivó el cateo del domicilio, donde las autoridades encontraron cámaras de vigilancia, animales exóticos y jaulas. El 11 de mayo, sus padres fueron arrestados.
La policía confirmó que ambas hijas están a salvo, aunque no se han divulgado detalles sobre su paradero. El caso también destapó una realidad alarmante: el sistema de educación en casa puede facilitar el encubrimiento del abuso infantil si no hay supervisión ni protocolos adecuados.
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Hechos Meridiano Zacatecas del 16 de junio 2025
