Cada año, cuando el verano cede su lugar al otoño, la naturaleza experimenta una transformación marcada por mitos ancestrales. Uno de los relatos más significativos es el equinoccio de otoño, un momento en el que el día y la noche tienen casi la misma duración. Este fenómeno ha sido vinculado a la mitología griega, en particular a la leyenda de Perséfone, hija de Deméter y Zeus, un relato que simboliza el ciclo entre la luz y la oscuridad, la vida y la muerte.
¿Cuál es el mito de Perséfone y el equinoccio de otoño?
Según la mitología griega, Perséfone (también conocida como Kore), era hija de Zeus y Deméter, la diosa de la agricultura. Un día, mientras disfrutaba de un paseo por el campo, fue secuestrada por su tío Hades, dios del inframundo, quien la arrastró a su reino con el objetivo de convertirla en su esposa y reina de los muertos.
Al enterarse del destino de su hija, Deméter, llena de dolor, abandonó el Olimpo y amenazó con hacer estéril la tierra hasta que su hija fuera devuelta. Durante su búsqueda desesperada, la tierra se marchitó y dejó de producir vida, lo que preocupó a Zeus. Temeroso de las consecuencias para la humanidad, Zeus envió a Hermes, el mensajero de los dioses, al inframundo para convencer a Hades de liberar a Perséfone.
Hades, aunque accedió a dejarla ir, impuso una condición: que Perséfone no consumiera alimento alguno durante su estancia en el inframundo. Sin embargo, antes de partir, Perséfone aceptó comer cuatro granos de granada que Hades le ofreció. Este gesto selló su destino, ya que, según las reglas del inframundo, quien comiera allí debía permanecer en ese reino. Finalmente, se llegó a un acuerdo: Perséfone pasaría una parte del año en el inframundo como reina de los muertos, y el resto del tiempo en la superficie con su madre.
¿Qué relación tiene el mito griego con el otoño?
El mito de Perséfone refleja el cambio de estaciones, en particular el paso del verano al otoño. La partida de Perséfone al inframundo marca el inicio del otoño y el invierno, cuando los días se acortan y la tierra parece dormirse. La tristeza de Deméter por la ausencia de su hija simboliza el marchitamiento de la naturaleza, que se prepara para el reposo invernal.
Sin embargo, el regreso de Perséfone en primavera marca la renovación de la vida, el renacer de la naturaleza y el florecimiento de los campos. Este ciclo de muerte y renovación está en el corazón del mito, representando la dualidad entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, conceptos que se reflejan en los fenómenos naturales que ocurren durante el equinoccio de otoño.
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