La NASA lanzó con éxito dos satélites rumbo a Marte como parte de la misión Escape. Los artefactos, denominados Blue y Gold, tienen como objetivo estudiar la interacción del viento solar con la atmósfera marciana y cómo este fenómeno contribuyó a la pérdida del campo magnético y del aire del planeta a lo largo de millones de años.
Tras su despegue, los satélites comenzarán un viaje de casi 2 años, hasta llegar a la órbita marciana en 2027, cuando iniciará la fase científica de la misión. Se espera que los datos obtenidos sean clave para comprender la dinámica atmosférica de Marte y sirvan como base para futuras exploraciones humanas en el planeta rojo.








