La imagen popular del gato bebiendo leche de un tazón es adorable, pero en realidad, no es algo que los gatos necesiten o incluso disfruten. A continuación, te presentamos algunos datos sorprendentes sobre nuestros amigos felinos:
1. Intolerancia a la lactosa: La mayoría de los gatos adultos son intolerantes a la lactosa, el azúcar que se encuentra en la leche. Esto significa que beber leche puede causarles problemas digestivos como diarrea, vómitos y malestar estomacal. Si bien algunos gatos pueden tolerar pequeñas cantidades de leche sin problemas, es mejor evitarla por completo.
2. Cerebro domesticado: Los estudios han demostrado que el cerebro de los gatos domésticos ha disminuido de tamaño desde que fueron domesticados por los humanos hace unos 10.000 años. Se cree que esto se debe a que ya no necesitan dedicar tanto esfuerzo a la caza y a la supervivencia. Su cerebro se ha adaptado a una vida más tranquila y segura, lo que ha fortalecido las conexiones sinápticas y mejorado su memoria y capacidad para tomar decisiones.
3. Frotarse para marcar territorio: Cuando un gato se frota contra ti, no solo está buscando afecto. También está depositando sus feromonas en ti para marcarte como parte de su territorio. Es una forma de comunicación no verbal que les ayuda a sentirse seguros y a establecer vínculos con sus humanos.
4. Años de vida no son proporcionales: La forma en que los gatos envejecen es diferente a la de los humanos. Durante los dos primeros años de vida, un gato crece y se desarrolla a un ritmo acelerado. Un gato de un año equivale aproximadamente a un humano de 15 años, y a los dos años, sería como un humano de 25. A partir de ahí, cada año de un gato se considera equivalente a unos 7 años humanos.
5. Visión en color: A pesar de la creencia popular, los gatos sí ven en color. Poseen conos receptores para el azul y el verde, lo que significa que pueden distinguir estos colores y sus matices. Sin embargo, no pueden ver el rojo ni los colores cálidos como el rosa o el naranja.
6. Huellas dactilares en la nariz: Así como los humanos tienen huellas dactilares únicas, los gatos tienen una nariz única. La trufa, la parte carnosa de la nariz, tiene un patrón de surcos y pliegues que es irrepetible en cada individuo. Es como una huella dactilar que los identifica.
En resumen, los gatos son criaturas fascinantes con características únicas que los diferencian de sus parientes salvajes. Al comprender mejor su comportamiento y necesidades, podemos brindarles un cuidado más adecuado y fortalecer el vínculo especial que compartimos con ellos.
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