En París, Francia, un grupo de ladrones ejecutó un robo histórico en el Museo del Louvre, llevándose en menos de diez minutos ocho joyas reales, entre ellas collares de zafiros y esmeraldas y una diadema de la emperatriz Eugenia. Usaron una escalera eléctrica acoplada a un camión para acceder por una ventana del segundo piso y rompieron vitrinas de alta seguridad con precisión milimétrica.
Durante la huida, los delincuentes dejaron caer una corona con más de mil diamantes y esmeraldas, que fue recuperada por la policía. Escaparon en motonetas con ayuda de cómplices, mientras 60 investigadores y las grabaciones de seguridad trabajan para dar con los responsables de uno de los robos más audaces en la historia del museo.








