La ciudad de Chihuahua celebra 316 años de su fundación, ocurrida el 12 de octubre de 1709. Nacida entre los ríos Chubíscar y Sacramento bajo el nombre de Real de San Francisco de Cuéllar, la villa minera que dio origen a la actual capital estatal fue establecida por decreto del entonces gobernador Antonio de Sayoyo. Con el paso de los siglos, esta pequeña comunidad minera se transformó en una ciudad moderna, dinámica y con un profundo sentido histórico.

Durante sus primeros años, la minería fue el motor del desarrollo, impulsando la creación de haciendas de beneficio a orillas del río Chubíscar. Sin embargo, su crecimiento no se detuvo allí: la ciudad evolucionó en torno a su arquitectura, cultura y riqueza natural. Hoy, Chihuahua ofrece un recorrido por su historia a través de sus edificios emblemáticos —como la Catedral barroca, la Quinta Gameros y el Museo Semilla—, además de espacios contemporáneos como el Parque del Relizo y la Plaza Mayor.

A más de tres siglos de su fundación, la capital chihuahuense conserva la esencia que la vio nacer, combinando tradición y modernidad en un testimonio vivo de la identidad del norte de México.