Ansiedad y tristeza pueden alterar los hábitos alimenticios
Las emociones juegan un papel clave en la forma en que nos alimentamos, influyendo en el consumo de azúcar y en la salud intestinal y emocional.
Las emociones juegan un papel determinante en los hábitos alimenticios de las personas. Estados como la ansiedad, la tristeza o incluso la felicidad suelen estar asociados con la búsqueda de alimentos que brinden consuelo o funcionen como parte de una celebración. Sin embargo, especialistas en nutrición y salud mental advierten que este vínculo puede tener consecuencias negativas cuando se traduce en un consumo excesivo de azúcares y productos procesados.
¿Qué relación tiene el azúcar con la salud intestinal?
Un experto señaló que existe una relación entre la ingesta elevada de azúcar y el crecimiento del hongo cándida en el intestino, lo que puede afectar la microbiota y, a su vez, impactar tanto en la salud digestiva como en el bienestar emocional. De esta manera, se refuerza el círculo vicioso entre emociones y alimentación, donde las personas buscan alivio en ciertos alimentos que, paradójicamente, pueden deteriorar su salud física y psicológica.
Para lograr un equilibrio integral, los especialistas recomiendan identificar las emociones que detonan los atracones o las malas elecciones alimenticias, y sustituir estos hábitos por estrategias más saludables. Actividades como el ejercicio, la meditación o técnicas de respiración pueden ayudar a manejar el estrés y la ansiedad. Asimismo, priorizar una dieta balanceada con frutas, verduras y proteínas magras es clave para mantener tanto la salud emocional como la física.