La sandía, una de las frutas más consumidas en temporadas de calor, no solo se distingue por su sabor dulce y refrescante, sino también por sus múltiples beneficios para la salud. Con un contenido de alrededor del 90% de agua, es una opción ideal para mantenerse hidratado en climas cálidos o después de realizar actividad física, ayudando a reponer líquidos de manera natural.

¿Por qué comer sandía mejora tu corazón y tu piel?

El Colegio Mexicano de Nutriólogos señala que esta fruta aporta licopeno, un pigmento natural que le da su característico color rojo y que actúa como antioxidante, protegiendo a las células del daño oxidativo. Estudios científicos han vinculado el consumo de licopeno con la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y la prevención de algunos tipos de cáncer, como el de próstata.

Además, la sandía es rica en vitamina C, la cual fortalece el sistema inmunológico, favorece la absorción de hierro y contribuye a mantener la piel saludable. Su bajo contenido calórico también la convierte en un alimento adecuado para quienes buscan mantener un peso equilibrado sin sacrificar sabor.

Consumir sandía, ya sea en rebanadas, jugos o ensaladas, representa una forma deliciosa y práctica de cuidar la salud durante el verano.